Llegan las vacaciones y con ellas la pregunta de qué hacer con los niños.
Para muchos hogares significa aburrimiento, descontrol, televisión todo el día o juegos en la computadora. En algunos casos grandes desembolsos económicos por cursos de verano o visitas a parques recreativos. En general el consenso es que las vacaciones son para jugar y descansar. Los expertos afirman que las vacaciones son el momento de incentivar actividades al aire libre y la creatividad. Aspectos de la personalidad se forjan fuera del aula y en el tiempo libre. Habilidades como andar en bicicleta, patinar, nadar, son todas experiencias útiles para el desarrollo emocional del niño.
Las vacaciones son un buen momento para desarrollar los gustos e intereses de los niños, también es un buen momento para estrechar el vínculo entre padres e hijos organizando actividades que puedan realizar en familia.
Programar las vacaciones puede ser la primera actividad en familia, organizando actividades en función al presupuesto y disponibilidad de programas, horarios e intereses. La idea no es imponer horarios rígidos sino organizar cuándo se va a hacer qué y cuándo; por ejemplo lunes, visitar a los abuelos; martes, participar en actividades de los museos; miércoles, andar en bicicleta. No se trata de organizar demasiadas actividades, el aburrimiento también es parte de las vacaciones, un motor para echar a andar la imaginación.
En resumen, las vacaciones invitan a probar actividades diferentes de las cotidianas. A invertir tiempo al aire libre y en familia, manejarse a otra velocidad. Los primeros días pueden ser de descanso, ya que niños y adultos vienen de un año escolar donde todo es más estricto, ahora llegó el momento de desayunar sin apuros.
Fuente: Dolores Galán Escuela Sistémica Argentina
Micaela Puig, directora de Flexible, laboratorio de arte y multimedia para chicos y adolescentes.